Enfrentamos una de las crisis hídricas más severas de nuestra historia. La alteración del ciclo del agua exige un cambio de paradigma: ya no podemos tratar al agua como un bien ilimitado, ni como un recurso secundario. Debemos transitar hacia una nueva cultura del agua, que reconozca su valor real y su carácter sagrado como garante de la justicia social, ambiental y económica. Dra. Gabriela Palestino