El estrés es parte de nuestro día a día, aunque es una experiencia universal y humana, actualmente se ha visto una mayor prevalencia. Podemos definir al estrés como la respuesta del cuerpo ante cualquier estímulo, dado a la gran diversidad de estímulos a los que estamos expuestos y las respuestas posibles a estos, existen distintos tipos de estrés: eustrés y distrés. Eustrés también conocido como el estrés bueno, surge de estímulos como la actividad física, por otro lado, está el distrés o estrés malo. Este último comúnmente conocido como estrés, causa daños a la salud, provocando desbalances en el cuerpo, siendo este el que todos buscamos minimizar.
Sostener síntomas de estrés durante un largo periodo de tiempo, puede llevar al desarrollo de problemas de salud mental, como lo son la depresión y la ansiedad. Existen diferentes maneras para lidiar con el estrés llamadas “coping strategies” (CS) y se refiere a todo aquello que hacemos al encontrarnos bajo estrés como una manera de tratar de liberarnos de aquella situación. En ocasiones nuestra habilidad de aplicar estas CS puede no ser suficiente cuando el impacto del estresor es muy elevado y el estrés psicológico provocado puede llevar a un episodio depresivo.
Yoga es uno de estos CS, sobre el cual actualmente existen muchos estudios en donde se explora el impacto de esta práctica en la salud. Yoga no es solamente un tipo de ejercicio, sino que es una práctica holística que va más allá de las posturas físicas. Los elementos que lo componen son: la meditación, las posturas físicas (asanas) y la respiración (pranayama). Cada uno de estos nos ayuda de diferentes maneras, las asanas promueven la fortaleza y flexibilidad; las técnicas de meditación mejoran la conexión mente-cuerpo; por último, el pranayama ayuda a reducir la tensión mental y física.
Para entender mejor cómo ayuda la práctica de yoga en el estrés y la depresión, es necesario entender un poco de su fisiopatología, que es la forma en la que los procesos cambian en el organismo enfermo. Los eventos de estrés provocan cambios fisiológicos en el organismo, como la activación del sistema nervioso simpático, más conocido como sistema de lucha o huida, este promueve la liberación de varias moléculas como: citoquinas; estas son proteínas de señalización que afectan en el control de la inflamación del cuerpo, además de adrenalina y noradrenalina que aumentan los latidos del corazón y el flujo de sangre a varios órganos como los músculos, todo esto con la finalidad de preparar al organismo para escapar de lo que nos está amenazando. En conjunto todos también actúan sobre el sistema nervioso central (CNS), dando como resultado afectaciones en el sueño y alteraciones en las capacidades intelectuales, las cuales pueden llevar a episodios depresivos.
El estrés también aumenta los niveles de cortisol estos pueden causar daño o hasta muerte celular. Por otro lado, en la depresión se ven alteraciones en el metabolismo de dopamina, noradrenalina y serotonina; estos son neurotransmisores que se ven involucrados en el paso de información entre neuronas.
Sabiendo esto, podemos entender que el estrés afecta de distintas maneras nuestro organismo, entonces ¿cómo o en que nos ayuda yoga? Bueno existen diversos mecanismos en los que nos ayuda, dentro de estos tenemos que su práctica, activa el sistema nervioso parasimpático. Al hacer esto se produce un cambio del sistema de lucha o huida a la actividad parasimpática, cuya función es generar un estado de reposo que nos ayuda a ahorrar o recuperar energía, provocando así una relajación del cuerpo. Se cree que este cambio es lo que hace que disminuya la liberación de la hormona cortisol (hormona del estrés).
La práctica de yoga aumenta los niveles de dopamina y serotonina, como se mencionó estas afectan en la depresión, por lo que un aumento en ellas da como resultado cambios positivos en la respuesta emocional. Igualmente, el yoga reduce la inflamación provocada por el estrés.
La meditación ha demostrado un aumento en los niveles de melatonina, esta es una hormona que tiene un efecto antidepresivo y mejora los ciclos de sueño- vigilia permitiendo un mejor descanso nocturno. Aunado a esto, técnicas de respiración ampliamente utilizadas en yoga funcionan como un enlace entre la mente y el cuerpo, al momento que fluimos con la respiración para realizar un movimiento, sin distracciones y sin enfocarnos en el resultado; nos ayuda a mantener la mente en el momento presente.
Un estudio donde se comparó la efectividad de diferentes formas de activación física en la reducción de síntomas de depresión en jóvenes indicó que yoga fue la más efectiva. El estudio revela que un factor importante es esta conexión entre el cuerpo y la mente.
Finalmente podemos decir que, gracias al bajo costo, la simplicidad de implementación y el impacto positivo que tiene, la práctica de yoga es una excelente opción como tratamiento complementario al estrés y depresión.
Referencias:
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3. Martinez, A., & Wilson, K. (2024). Effects of mind-body therapies on depression among adolescents: a systematic review and network meta-analysis. Depression and Anxiety, 41(3), 234-249. https://doi.org/10.1002/da.23300
4. Sharma, V., & Singh, P. (2020). Role of yoga and meditation as complementary therapeutic regime for stress-related neuropsychiatric disorders: utilization of brain waves activity as novel tool. Frontiers in Psychiatry, 11, 589462. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2020.589462