Cannabis en dolor
El dolor, es una experiencia sensorial y emocional desagradable, es la causa más frecuente de consulta médica, el síntoma más común de enfermedad y es la principal razón para que la población consuma cannabis medicinal (Romero E, et al., 2018, Vuckovic S, et al., 2018).
Cannabis, es una planta medicinal, con variedad de compuestos fitoquímicos, como son los flavonoides, fenoles, terpenos y cannabinoides, siendo estos últimos los principales componentes bioactivos de la planta. Desde hace miles de años, sin ningún respaldo científico, era ampliamente utilizada para tratar diferentes malestares, asociado a sus efectos medicinales, analgésicos y antiinflamatorios (Amin M & Ali D. 2019). Sin embargo, en los últimos años se ha incrementado el interés por su estudio, uso y comercialización, asociado a la evidencia científica de los efectos farmacológicos que se le han atribuido y cada día adquiere más popularidad la idea de utilizar cannabis medicinal para el tratamiento del dolor (Vuckovic S, et al., 2018).
Mecanismo de acción
Cannabis ejerce sus efectos terapéuticos mediante sus compuestos bioactivos cannabinoides, los más estudiados, delta-9-tetrahidrocannabinol (D9-THC) y cannabidiol (CBD), los cuales actúan mediante la interacción con sus receptores cannabinoides presentes en diferentes regiones de todos los aparatos y sistemas del organismo (Anand U, et al., 2020), la presencia de estos receptores en el organismo y su expresión puede cambiar en condiciones patológicas específicas, se ha documentado que su localización está estrechamente relacionado a los efectos farmacológicos que producen los cannabinoides.
De estos receptores cannabinoides, los más ampliamente estudiados por la fuerte unión a cannabinoides son el CB1 y CB2. Se consideran antinociceptivos, es decir antagonistas del dolor, por su potencial efecto para contrarrestar el dolor y la respuesta inflamatoria (Ruiz C et al., 2022). Receptores CB1 es común encontrarlos en los sistemas nerviosos central y periférico, mientras que los receptores CB2 se encuentran en mayor cantidad en sistema inmune, sin embargo, hay evidencia de que su presencia se encuentra distribuida de manera equitativa en el resto del organismo (Amin M, et al., 2019; Romero E, et al., 2018).
Se ha reportado que los cannabinoides al unirse a sus receptores cannabinoides CB1 y CB2, ejercen su efecto analgésico por diferentes mecanismos, en neuronas presinápticas, inhiben la liberación de neurotransmisores, mensajeros que a nivel de sistema nervioso central envían la señal de dolor, en neuronas postsinápticas, modulación su excitabilidad, disminuyendo la intensidad del dolor, activan vías inhibitorias descendentes del dolor e inhiben procesos inflamatorios que posteriormente causan dolor (Anand U, et al., 2020; Vuckovic S, et al., 2018), figura 1.
Por otra parte, otros cannabinoides y compuestos bioactivos en la planta, podrían estar interfiriendo en el efecto farmacéutico final, se cree que terpenos y flavonoides tienen efectos antiinflamatorios, analgésicos, ansiolíticos, antidepresivos y sedantes, además de que los terpenos y el CBD, actúan sobre el metabolismo de D9-THC, eliminando los efectos secundarios indeseables del mismo. La administración conjunta de estos compuestos, podría potenciar y mejorar el efecto final, así como disminuir posibles efectos adversos, manteniendo la demoniada “sinergia” en dicha planta de cannabis (Anand U, et al., 2020; Vuckovic S, et al., 2018)
Aplicación clínica.
Estudios clínicos y preclínicos han reportado que los cannabinoides tienen efectos anticonvulsivos, antiinflamatorios, analgésicos y neuroprotectores, de aquí deriva su efecto protector, principalmente en el dolor crónico, relacionado con cáncer (propio de la enfermedad o como efecto secundario de los diferentes tratamientos), gastrointestinal, inflamatorio, neuropático (lesión nerviosa traumática, neuralgia del trigémino), reumático, por contagio del virus de inmunodeficiencia humana, por esclerosis múltiple, etcétera (Ruiz C et al., 2022; Anand U, et al., 2020). Estudios que resaltan el beneficio de cannabis en el dolor de los padecimientos antes mencionados, reportan disminución significativa del dolor en comparación con placebos, menor dependencia a los medicamentos para dolor y reducción de malestares secundarios asociados al dolor en estas enfermedades, como trastornos del sueño, espasticidad, fatiga, entre otros (Anand U, et al., 2020; Romero E, et al., 2018).
Actualmente ya existen fármacos aprobados por la FDA y comercializados en el mundo, derivados de cannabinoides o sintetizados a partir de estos compuestos bioactivos, destinados, solo para ciertas patologías específicas (Ruiz C et al., 2022). Los profesionales de salud que estén capacitados para prescribir formulaciones derivadas de cannabis deben considerar las condiciones fisiológicas (edad, sexo, peso, periodo de embarazo o lactancia) patológicas (enfermedades diagnosticadas e ingesta de medicamentos) y el estilo de vida de cada paciente (Amin M & Ali D. 2019). Así mismo para el desarrollo y prescripción de productos terapéuticos de cannabis es fundamental considerar dosis efectivas y seguras, la farmacocinética del producto y su biodisponibilidad en el organismo (Anand U, et al., 2020).
Conclusión
Derivados de cannabis, están siendo utilizados para el tratamiento del dolor, en regiones donde cannabis es legal y aprobada para fines medicinales, dada lo reportado sobre su mecanismo de acción, así como su aprobación en la práctica clínica y preclínica. Sin embargo, se necesita aún más evidencia científica para recomendar estos productos, en diferentes patologías a dosis específicas. Es indispensable que el personal de salud que recomiende su consumo, cuente con la capacitación permisos y conocimientos necesarios para hacerlo, además de realizar una correcta valoración del paciente a fin de proporcionar una mayor seguridad y efectividad en el consumo de cannabis para tratar el dolor.
Referencias
1. Anand U, Pacchetti B, Anand P, Sodergren MH. Cannabis-based medicines and pain: a review of potential synergistic and entourage effects. Pain Manag. 2021;11(4):395-403. DOI: 10.2217/pmt-2020-0110.
2. Amin MR, Ali DW. Pharmacology of Medical Cannabis. Adv Exp Med Biol. 2019; 1162:151-165. doi: 10.1007/978-3-030-21737-2_8.
3. Pantoja-Ruiz C, Restrepo-Jimenez P, Castañeda-Cardona C, Ferreirós A, Rosselli D. Cannabis and pain: a scoping review. Braz J Anesthesiol. 2022;72(1):142-151. DOI: 10.1016/j.bjane.2021.06.018.
4. Romero-Sandoval EA, Fincham JE, Kolano AL, Sharpe BN, Alvarado-Vázquez PA. Cannabis for Chronic Pain: Challenges and Considerations. Pharmacotherapy. 2018;38(6):651-662. doi: 10.1002/phar.2115.
5. Vuckovic S, Srebro D, Vujovic KS, Vucetic C, Prostran M. Cannabinoids and Pain: New Insights From Old Molecules. Front Pharmacol. 2018: 13; 9:1259. doi: 10.3389/fphar.2018.01259.