Desarrollar una investigación puede tardar muchos años, es un proceso largo, extenuante y, a la vez, lleno de satisfacciones cuando al fin salen a la luz los resultados y las personas pueden beneficiarse de ellos. A fin de cuentas, la ciencia y sus avances están al servicio de la población.
En el artículo principal de esta edición, Jorge Cáseres Martínez y Rebeca Vásquez Yeomans cuentan que hace 25 años, cuando se propusieron analizar si los ostiones se enfermaban, a los ostricultores esta idea les pareció un tanto incrédula; sin embargo, gracias a la colaboración entre ambos, hoy puede decirse con toda certeza que sí se enferman, y no sólo eso, debido a la continuidad de la investigación pudieron desarrollarse medicamentos para las enfermedades identificadas.
Esta investigación impacta en el ámbito económico, pues según el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, México es uno de los 10 principales productores mundiales de moluscos, por lo que no sólo se cuida la salud de los consumidores, también el mercado de los moluscos sigue expandiéndose y contribuye a que las ganancias en esta área se mantengan y aumenten.
Por fortuna, para disfrutarlos no tenemos que ir a las costas, pues encontramos ostiones en cualquier marisquería y podemos tener la seguridad de que hay personas que se encargan de ver más allá para comerlos sin preocuparnos, aunque nunca está de más verificar la calidad de los alimentos, sobre todo de los que provienen del mar.