| El cáncer es una de las primeras causas de muerte en todo el mundo; la Real Academia de la Lengua lo define como la “enfermedad que se caracteriza por la transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada”. En el año 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le atribuyó 8.2 millones de muertes, pues es uno de los padecimientos que causan un mayor número anual de decesos sobre todo cáncer de pulmón, hígado, estómago, colon y mama.
La OMS estima que aproximadamente 30 por ciento de las muertes por esta enfermedad se deben a cinco factores de riesgo comportamentales y alimentarios: índice de masa corporal elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física y consumo de tabaco y alcohol, por lo tanto, pueden prevenirse. Según este organismo, las infecciones que pueden provocar cáncer —como las causadas por los virus de las hepatitis B y C y el del papiloma humano—, son responsables de 20 por ciento de las muertes por cáncer en los países de bajos y medianos ingresos y de siete por ciento en los países de ingresos altos.
De acuerdo con la OMS, el cáncer comienza con la transformación de una sola célula, que puede tener su origen en agentes externos y en factores genéticos heredados. Por su parte, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos de América (NIH, por sus siglas en inglés) define la angiogénesis tumoral como “el crecimiento de vasos sanguíneos nuevos que los tumores necesitan para crecer. Esto ocurre porque el tumor descarga productos químicos y las células huésped cerca del tumor”. El artículo principal de esta edición nos habla sobre la angiogénesis y su relación con el crecimiento de los tumores, para combatir de modo eficiente el cáncer.
|
|