Nuestro mundo
MARIANA
CABRERA VÁZQUEZ
LOS
HUERTOS urbanos han resurgido en la sociedad contemporánea
desde hace un tiempo; más que una moda pasajera o tendencia, la situación se
debe al cambio climático, la escasez de alimentos y la toma de conciencia sobre
la situación global.
Instituciones públicas
y privadas han comenzado a implementar medidas en pro del medio ambiente dentro
de sus espacios; sin embargo, para lograr un verdadero cambio es necesario
llevar estos conocimientos y estrategias a toda la sociedad.
La
Universidad Autónoma de San Luis Potosí se ha destacado por su compromiso
social y ambiental. Ha sido una de las instituciones pioneras en la
construcción de un huerto urbano, el Unihuerto, y del techo vivo, Unitecho. Los
cuales ya tiene años de ser un éxito.
En un proyecto
multidisciplinario, catedráticos, estudiantes y voluntarios unen esfuerzos por
llevar el concepto de sustentabilidad a la sociedad, con el objetivo de que
ésta adopte prácticas amigables con el medio ambiente y comprendan su
necesidad.
En
2015 Cummins, la empresa que apoyó la creación del Unitecho, mostró interés en
que el mismo equipo que dio resultados sorprendentes lidere la implementación
de huertos urbanos en zonas de la capital con cierto grado de marginación. El
doctor Marcos Algara Siller, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería
e iniciador y coordinador de estos proyectos, guía a un equipo integrado por
personas del Unihuerto Urbano, la Agenda Ambiental, estudiantes del posgrado en
Ciencias Ambientales y dos jóvenes de intercambio provenientes de Francia, así
como alumnos de diversas carreras.
Se
efectuaron trabajos con algunas comunidades en busca de lograr la
implementación de los huertos urbanos. En septiembre de 2015 se realizó una
reunión con personal del Unihuerto, la Agenda Ambiental y Cummins, para
comenzar la planeación del huerto urbano en una escuela de la periferia de la
ciudad, la cual respondió mejor ante las primeras tareas.
La
escuela Francisco González Bocanegra, de la comunidad de La Pila, fue la
elegida para la implementación de lo que promete ser el inicio de los huertos
urbanos y modelos sustentables en la región. El equipo de investigadores y
voluntarios descubrieron que no sólo se trata de instalar huertos en la
escuela, sino que las necesidades son muchas más, desde agua —que escasea en la
zona—, hasta el tema de energía. En reuniones sostenidas con los padres de
familia y directivos del plantel se plantearon todas estas cuestiones y se
comenzó un proyecto que abarca la sustentabilidad responsable y compartida.
Los
investigadores consiguieron apoyo de la compañía para la implementación de un
sistema recolector de agua de lluvia, tratamiento y uso de aguas tratadas para
el riego del huerto urbano, así como un sistema de compostaje y luz solar. La
colaboración en la escuela tiene planes de largo alcance, pues estudiantes del
posgrado en Ciencias Ambientales también están proponiendo un cambio en el mapa
curricular para incluir materias teóricas y prácticas de sustentabilidad. La participación de toda la comunidad es de suma importancia, por lo que
los investigadores trabajan de la mano con niños, padres de familia, maestros y
directivos para que todos se sientan parte de ello y puedan aportar más ideas.